martes, 11 de mayo de 2010

FIESTA DE LA SANTA CRUZ EN EL CERRO DONDE BROTA EL AGUA BENDITA DE DIOS Y DE OCOSINGO Música, Cuetes, Juncia, Comida y Sombra, y Sobre Todo… Agua…

Fiesta ya tradicional, fiesta ya de costumbre, fiesta solemne y llena de hermandad y alegría. Gracias al cerro, gracias a las Cruces, gracias a Dios por darnos este líquido tan maravilloso.
Así es el pensamiento y sentir de cientos de personas que desde un día anterior van a rendirle culto al vertedero de agua que surte de este vital líquido a los barrios de Ocosingo.
Juntos, como hermanos, Barrio Betania y Barrio Guadalupe, auténticos herederos de esta tradición que desde hace 31 años vienen cada 2 y 3 de mayo a rendirle culto a la Madre Tierra y a la maravilla llamada Agua.
Juan Sánchez Hernández, del Comité del Patronato del Agua de Betania, se siente hoy feliz, orgulloso de ser parte de la celebración y de los que cuidan esta maravilla que nace en el cerro de grava.
“Desde ayer estamos aquí en esta celebración, anoche velamos y hoy vamos a comer y a bailar, al pie de estas dos cruces que son de Barrio Betania y que nos sentimos muy orgullosos de ser parte de esta tradición”.
Mientras, la música tradicional autóctona de tambor y pito tocaba y otros bailaban. La juncia en el cuadro de cemento, que es la base donde el agua pasa para surtir a Betania y que ellos cuidan como algo propio.
13 velas encendidas al pie de las dos cruces perfectamente alineadas, atrás hombres y mujeres bailando como Dios les da a entender, pero sin perder la esencia del agradecimiento y la tradición que sus abuelos les legaron.
A un lado el otro Barrio, Guadalupe, con una pequeña arpa y guitarra, realizando lo mismo, dando gracias por obtener este líquido que sin él no hubiera humanidad.
Alrededor, decenas de familias bajo la sombra, con comida, sombrillas, aguas frescas y por ahí uno que otro trago.
Los músicos entonan una canción en tzeltal que nuestro traductor nos dice que esa canción está invitando a comer. Muchos hacen coro y cantan con los músicos. De pronto tres o cuatro damas traen ya los tamales y el atole agrio, y al fondo se ve humeante una tina en donde se cocina ya la barbacoa, que con antelación se cooperaron para comprar la vaquilla.
Siguen llegando más y más familias, se van juntando y van buscando un lugar para ahí pasar gran parte del día.
Jesús Velasco Caseros dice que antes no había Barrios en Ocosingo, y que el agua era difícil porque había que ir al arroyo o al río. Mi padre sufrió bastante para poder conseguir esta toma, fue uno de los iniciadores para lograr esta toma de agua. Fue citado a la presidencia, pero como si fuera una orden de presentación, cuando estaba de gobernador Velasco Suárez, después ya se pudo lograr esta toma que surte a Barrio Guadalupe. Mi padre, Eligio Velasco Meza duró 10 años como presidente de esta asociación, en el año de 1974. Dice también que en el centro de la ciudad había una que otra casa y que alrededor de ellas se fueron construyendo sin ton ni son otras más. “Por eso son nuestras calles tan angostas y mal trazadas”.
Una fiesta tradicional de agradecimiento, de hermandad, de júbilo, de entrega, y muy bonita.

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