martes, 11 de mayo de 2010

Los Párrocos Heriberto y Guadalupe, Lloran su Muerte OCOSINGO PIERDE A UN GRAN SER HUMANO, ALFREDO GORDILLO SE VA PARA NO VOLVER

Cuatro y hasta cinco padres de la Iglesia San Jacinto de Polonia recibieron el cuerpo del que fuera un gran amigo, don Alfredo Gordillo, ser humano muy apreciado por una gran mayoría de Ocosingo.
Persona que lo haya tratado o conocido a este buen hombre, le dejó un grato recuerdo, por su bohonomía, de hombre cabal, respetuoso, sincero y con buena presencia.
Deja un gran hueco para muchos que lo estimamos, cuando pensábamos que ya se había recuperado después de su delicada intervención quirúrgica en Villahermosa, lo recordamos con sus amigos de siempre en el kiosco o en los Portales: jugando o viendo jugar el dominó, pero siempre amable, cortés y con algo agradable a flor de labios. Le quedamos mal al no ir a una invitación que nos hizo y que estaba destinada para La Voz de Ocosingo, para realizar un reportaje allá por el municipio de Chilón, pero en memoria a él lo realizaremos, pues estamos en deuda con este ser que se adelanta al sendero que todos recorreremos.
Muy sentida y emotiva su despedida, la iglesia llena de hombres y mujeres que el templo de San Jacinto fue insuficiente para albergarlos. El padre Heriberto, su amigo de siempre, no pudo contener el llanto y dijo que Alfredo le abrió las puertas de Ocosingo y que había sido como un hermano fiel y sincero, participativo y que inclusive fue a Torreón a acompañarlo cuando dicho padre se ofició ya como sacerdote. Y que si él quería Ocosingo, era porque Alfredo Gordillo lo había enseñado a quererlo.
Comentó también que tres días antes, cuando ya estaba inconsciente, llegó de Tila a visitarlo (martes) y le dijo: “Alfredo, si estás consciente y me escuchas, apriétame la mano y Alfredo apretó mi mano”.
El padre Heriberto es padrino de Juan Luis hace exactamente 30 años y Juan Luis agradece que haya venido a despedir a su padre.
Asimismo el padre Guadalupe no pudo detener las lágrimas y recordó brevemente la amistad tan diáfana que existió con él y con la abuelita Fermina Martínez Demesa: “Me encontraba lejos en donde no existe comunicación en un municipio de San Cristóbal. Pero en cuanto me enteré de la muerte de Alfredo vine corriendo a darle el último adiós al amigo”, palabras interrumpidas con llanto que cerró su garganta, palabras sencillas y sinceras.
Ahí estuvo firme y apesadumbrada la esposa, doña Josefa Aura Martínez Meza, ahí estuvieron sus hermanas Estela, Dilcia, Flor, Vidaura y Paty Gordillo; sus hijos Mariela, Juan Luis y Norma Gordillo.
Alfredo Gordillo fue el primer coordinador de Turismo en el Ayuntamiento de Ocosingo, fue el primer árbitro que pitó un nacional y estatal de futbol. Amante del deporte apoyó a su hijo Juan Luis, un excelente futbolista ocosinguense que estuvo 3 años en Segunda División Profesional.
Amante de su tierra y amante de los gallos, el sobrenombre de “gallo” lo heredó de su abuelo, pero era un gallo a carta cabal, pues lo demostró siendo humanitario y se crió con la gente de las comunidades y después él les llevaba regalos y despensas a los más necesitados.
En unas semanas le iban a ofrecer un homenaje en Las Margaritas, pues ahí también lo querían mucho, pues su pasión por los gallos hizo que este hombre traspasara sus corazones.
Amante también de la marimba y sus melodías preferidas eran “Cartas Marcadas” y “La Feria de las Flores”.
En la misa estuvieron los padres Joel Vera, Francisco Javier, Gustavo, Heriberto y Guadalupe.
Algo no común en los representantes de la Iglesia. Fueron al panteón acompañando a la familia para darle cristiana sepultura. Se va un gallo pero deja honda huella positiva para todos los que fuimos tu familia y tus amigos. Descansa en paz./Raviga.

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